Los Smart Buildings (edificios inteligentes) van ganando en popularidad y representan el futuro de la construcción y del sector inmobiliario.
Son comparables a organizaciones complejas en las que todas sus redes están relacionadas entre sí gracias a las tecnologías informáticas más recientes, y todo ello con el objetivo de convertirlos en edificios positivamente activos. A menudo, integran tecnologías que van más allá de la simple iluminación automatizada o incluso de la configuración de redes de CVC (Calefacción Ventilación y Climatización). En efecto, estos edificios tienen unas aspiraciones mucho más elevadas como es el control avanzado en tiempo real de la eficacia energética, la optimización del nivel del confort y del acceso, etc. Las redes integradas, con el fin de alcanzar estos propósitos, están conectadas a diversos elementos del edificio, a veces de diferente naturaleza, y mediante sistemas que no son siempre de tipo físico. En el caso de los smart buildings muy avanzados, los sistemas que forman el equipamiento del edificio están conectados con ayuda de una red externa (Internet, por ejemplo) y de ese modo pueden ser controlados a distancia. La mayoría de las soluciones más innovadoras de la construcción inteligente están desprovistas de prestigio arquitectónico, sin embargo, demuestran con éxito cómo el diseño digital puede influir en el perfil medioambiental, estructural y energético de un proyecto. Para demostrar estos distintos aspectos, se han seleccionado 5 ejemplos de Smart Buildings existentes:
1 – Base de desarrollo sostenible de la NASA en Moffett Field en California
Este edificio en forma de cruasán dispone de una tecnología de control inteligente inspirada en el programa de seguridad aérea de la agencia que proporciona especialmente controles de guía para la aviación. Esta tecnología se ha utilizado para controlar diferentes zonas en el edificio y suministrar datos en tiempo real sobre los flujos a través de toda la estructura. William McDonough Partners, famoso por su particular enfoque de las tecnologías de reciclaje permanente, ha utilizado principalmente materiales renovables, reciclables o reciclados para diseñar este edificio. Otras muchas disposiciones y tecnologías se han implantado en el edificio con el fin de optimizar su aspecto energético.
2 – Algenhaus
Hamburgo alberga el primer edificio del mundo equipado con una fachada de «biorreactores». Este edificio rebosante de innovaciones está revestido de una fachada que es a la vez aislante y generadora de energías. En efecto, en ella se cultivan algas que permiten la generación de biogás. El biogás se puede utilizar como carburante o para calefacción. También se puede almacenar y transformar mediante un motor con el fin de transformarlo en electricidad y en calor. Existen otros muchos usos del biogás.
El principio de funcionamiento es el siguiente: un circuito de agua que contiene nutrientes y CO2 alimenta de forma continua a las algas que se encuentran sumergidas en una fina lámina de agua comprimida entre dos paneles de cristal. Gracias a la luz del sol, las algas realizan la fotosíntesis y se multiplican en un ciclo regular. Después, son recolectadas, separadas y transformadas en forma de pulpa espesa (biomasa) dentro de una cámara técnica para, a continuación, ser utilizadas para generar el biogás en cuestión (metano).
3 – Bahrain World Trade Center
El World Trade Center de Bahrein es una interpretación moderna de las torres eólicas tradicionales, que se utilizan para aprovechar la energía del viento a todo lo largo del golfo Pérsico. La forma de este smart building canaliza el flujo de aire a través de tres turbinas de 3 metros de diámetro; estas están sujetas por pasarelas que unen las dos torres a una altura de 240 metros. Las turbinas generan aproximadamente entre el 11 y el 15% de las necesidades energéticas de los edificios.
4 – Mansion ZCB, Hong Kong
Se trata del primer edificio de «carbono cero»; la Mansión ZCB combina características de diseño pasivas con unos sistemas activos de alta eficacia energética como unos ventiladores HVLS (high-volume low-speed / alto caudal baja velocidad), un sistema de climatización con un módulo refrigerante y unos sistemas de control que pueden reducir las necesidades de energía en un 25%. Actualmente, la producción de energía del edificio basta para cubrir sus propias necesidades, no obstante, su objetivo va más allá de la neutralidad del carbono y busca generar una mayor cantidad de electricidad. El sistema BEPAD (Building Environmental Performance Assessment Dashboard / panel de evaluación del rendimiento medioambiental del edificio), diseñado a medida, muestra los datos en tiempo real y evalúa el rendimiento medioambiental del edificio, al tiempo que suministra información sobre el consumo general de energía, el uso del agua, la ocupación de los locales, la calidad del aire en el interior del edificio, etc. Todos estos datos son controlados por el BMS (Building Management System) que se encarga de recopilar los datos de 2800 puntos de detección repartidos por toda la estructura.
5 – Al-Bahr, Abu Dhabi
Revestido con un sistema dinámico de sombra dirigido a reducir la ganancia solar del edificio en un 50%, las Al Bahr Towers ponen a prueba los límites del diseño dinámico. La fachada está dotada de un sistema inspirado en las celosías tradicionales (musharabiah), salvo que este está informatizado con el fin de adaptarse a las cambiantes condiciones meteorológicas. Las celosías son un dispositivo de ventilación natural forzada que se usa con frecuencia en la arquitectura tradicional de los países árabes. La reducción de la superficie generada por la malla de las celosías acelera el paso del viento. Este se pone en contacto con superficies húmedas, piscinas o fuentes rellenas de agua que difunden su frescor por el interior del edificio.